Como seguramente ya sabes, la psicología domina las decisiones de inversión, en particular el miedo y la codicia. Las emociones de los inversionistas crean situaciones en las que las acciones de algunas compañías son consideradas favoritas. Muchos inversionistas están dispuestos a pagar precios más altos por acciones favoritas. Por eso es que el retorno a la inversión en este tipo de acciones suele ser muy decepcionante.